El viejo extraterrestre

viejo extraterrestre

Fue entonces, en medio de todo ese caos, que es el metro …

(caos por dentro al ser testigo de mis pensamientos y caos por fuera al observar esa maraña viviente, amasijo de rostros y colores apiñados por la angustia. Pero divago, retomo la idea)

Fue entonces cuando vi esa imagen de paz, en la que mis ojos y mi alma obtuvieron un breve descanso.

Era un viejo: fuerte, distinguido, tierno, silente, solo, con sus pantalones de jean, su morral de colegio, una camisa de cuadros rojos y blancos, sus zapatos de goma, su bastón ancestral de verde, dorado y madera, su rostro experto y su mirada azul que no apartaba de un libro que parecía sobreviviente a una tempestad. Quizás el viejo y libro tenían la misma edad.

Atrapado por un encantamiento no aparté mi atención de él; sentí que desencajaba con toda la escena: viejo extraterrestre ¿Qué haces aquí en el subterráneo con tu insultante calma? En esta calamidad de país ¿A quién se le ocurre irradiar tranquilidad y sabiduría, desde Plaza Venezuela hasta la estación Altamira?

Y luego sucedió que giré sobre mis talones y observé en la ventana del vagón mi propio reflejo al lado del viejo, mi corazón se detuvo. ¿Será que podré adquirir sabiduría suficiente en lo que me queda de vida para convertirme en un portador de tanta serenidad?

El metro se detuvo y el viejo -para mi sorpresa- se levantó casi sin ningún esfuerzo; entonces, salió hacía anden con la gracia y la agilidad de un adolescente (fue cuando descubrí que tenía el bastón de adorno)

Desapareció entre la gente, me sentí doblemente huérfano: Huérfano de calma, huérfano de propósito.

Mejor conectado que convencido

Cristo

Pienso que una cosa es lo que Dios dice y otra cosas muy distinta es lo que otros dicen que Dios dice.

En lo que respecta a las personas (hablo también de los líderes religiosos: Curas, Swamis, Lamas, Rabinos) pienso en el respeto, en el cariño, en el reconocimiento a sus labores o prácticas, pero me cuido de no idolatrar a nadie y prefiero conocer primero a las personas antes de asumir cosas por sus investiduras.

Me gusta mucho la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, me transmite mucha calma y serenidad, lo mismo me ocurre cuando veo algunas imágenes de Buda, de Ganesha, y muchas otras del Budismo Tibetano, del Hinduismo y del Cristianismo, todas son hermosas y (pienso yo) reflejan el alma del mundo.

Una vez escuché esa frase que dice que todas las religiones son diferentes dedos de una misma mano. Al final (independientemente de la visión del mundo y la vida siguiente) todas las religiones parecen recomendar lo mismo: Ser una buena persona.