Alfonsino Orestes anda por la calle con una bolsa llena de escarcha. Si llega a encontrarse a alguien triste o desanimado, le echa un puñado de escarcha en la cara y sale corriendo.
Normalmente la gente se molesta, muy pocos son los que realmente se alegran.
A pesar de que las estadísticas señalan la poca efectividad de su método, Alfonsino no se desanima y continúa con su cruzada personal en contra de la tristeza.
Pero Alfonsino … mejor cuéntales un chiste.
😀 😀 😀 ¡vaya método!
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😀 ya se dará cuenta el pobre
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